Este delicioso desayuno saludable es apto para los más fit y contiene una proporción muy equilibrada en cuanto a los tipos de nutrientes requeridos a diario.
Muchas veces no damos la importancia a un buen desayuno, por falta de costumbre, por las prisas, por levantarnos tarde, etc. Sin embargo, es la comida más importante del día porque esos primeros alimentos que se ingieren vienen después de muchas horas de ayuno (descanso nocturno). Por otra parte, es necesario contar con una suficiente energía porque precisamente es por las mañanas cuando desarrollamos buena parte de la actividad diaria y un mayor gasto de energía.
El desayuno es especialmente importante tanto en niños como en adolescentes porque en esta etapa requieren de un mayor rendimiento físico e intelectual. Pero también para personas convalecientes por alguna enfermedad, mujeres embarazadas, atletas de alto rendimiento o si se realiza mucho esfuerzo físico o intelectual. Un buen desayuno favorece también la ingesta correcta y asimilación de nutrimentos como vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas.
El desayuno debe aportar entre el 20 y el 25 % de las calorías diarias necesarias. Dentro de los nutrientes que debe incluir un desayuno balanceado y nutritivo, debe haber lácteos y derivados (leche, yogur, quesos frescos, semi curados o curados), además de cereales y derivados (pan, cereales de desayuno, galletas, avena, granola). Pero también zumos naturales y frutas frescas de temporada, incluso café, tés o infusiones, bebidas de soja, avena o arroz, pan integral o de semillas. Otros alimentos serían jamón serrano, pavo, salmón ahumado, aceite de oliva, tomate, hummus, frutos secos. Aunque también pueden incluirse algunos bizcochos de manufactura artesanal o casera.
En cuanto a rendimiento calórico, el desayuno debe aportar entre 300-500 kcal para adultos sanos (esto basado en una dieta de 2000 kcal). Es importante que el desayuno sea variado, cubriendo los porcentajes antes señalados. Como mencionamos, estará en función de la edad de la persona y de sus requerimientos nutricionales particulares, por lo que ese porcentaje puede aumentar. Si se tiene dudas, la consulta con un nutricionista será importante para ingerir la cantidad adecuada y balanceada de nutrientes.
- Problemas de peso y obesidad: No solo para niños y adolescentes, sino también en adultos, ya que al saltearse el desayuno suelen tener más hambre por la tarde y la noche, además de que altera nuestro ciclo metabólico. Como consecuencia, comen demasiado en la cena y al día siguiente no desean desayunar.
- Riesgo de infarto: Más acentuado en hombres, el riesgo de infarto por no desayunar está latente, así como la obesidad, la presión arterial elevada, el colesterol alto y la diabetes.
- Problemas para concentrarse: Sobre todo en infantes, ya que si pasan hambre pueden mostrar tanto problemas de comportamiento, como emocionales y académicos, así como cansancio.
- Gastritis: El ayuno puede afectar al tránsito intestinal, así como aumentar la producción de jugos gástricos estomacales que inflamen las paredes estomacales y causen la gastritis.
- Alteraciones con la glucosa: Un desayuno equilibrado y periódico mantiene niveles normales de azúcar en la sangre, evitando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
- Ateroesclerosis: El endurecimiento de las arterias o estrechamiento de las arterias por acumulación de placa es más común en quien se salta el desayuno de forma continuada.